jueves, 25 de febrero de 2016

TESTIMONIO: RAQUIA, UN PUEBLO CON TRADICIÓN Y COSTUMBRES ANCESTRALES VIGENTES EN EL TIEMPO “LA LIMPIA DE ACEQUIA – EL SEQUIA PITSÉ” - POR MARÍA DEL PILAR CÁRDENAS MÁRQUEZ



 .
TESTIMONIO: 

RAQUIA, UN PUEBLO CON TRADICIÓN Y COSTUMBRES

 ANCESTRALES VIGENTES EN EL TIEMPO

“LA LIMPIA DE ACEQUIA – EL SEQUIA PITSÉ”

Bolognesi-Áncash-Perú

Por María Del Pilar Cárdenas Márquez.

INTRODUCCIÓN

Son muchas las razones las que me impulsan a expresar que el generoso pueblo de Raquia, está lleno de tradición y costumbres verdaderamente cautivadoras, las mismas que son materia de un merecido interés por dar a conocer la experiencia vivida en el mes de febrero de 2015 y 2016, habiéndome adentrado en una de sus más significativas expresiones de integración comunal “La limpia de acequia o el Sequia Pitsé en Raquia”; que se convierte en una fiesta luego de una gran faena costumbrista de preparación para la actividad agrícola, como lo refiere acertadamente Román Robles Mendoza en sus Investigaciones Sociales, haciendo mención que en los pueblos del Valle de Santa Eulalia existe una actividad similar a la Champería o también llamada Yarka aspiy de Puquio.
En Raquia, sus pobladores nos hacen referencia, que hablar de los orígenes de esta costumbre es pensar que se pierde en los tiempos prehispánicos. Es por ello, que sus comuneros expresan que el Cequia Pitsé es “del tiempo de nuestros abuelos”, y que mantiene viva las enseñanzas dejadas por nuestros antepasados del Imperio Inca con el trabajo comunitario “El Ayni”, pero que al transcurrir de los años se teme que esta costumbre pierda su trascendencia, desde luego, ya se notan algunos cambios como producto de la modernización y por ende, existe la preocupación de que todo quede como parte de una lejana historia o una leyenda bellamente contada con gran emoción.

EL SEQUIA PITSÉ, UNA COSTUMBRE QUE UNE A TODA UNA COMUNIDAD EN TRABAJO, ALGARABÍA Y FESTÍN.

La Limpia de acequia – “Sequia Pitsé” es una costumbre muy antigua, característica y propia de la Comunidad de Raquia, única en el Valle Fortaleza que se realiza anualmente con la participación de todos sus comuneros (120 aproximadamente), la misma que se inicia con el rezo denominado: “Muchemuche” en la Iglesia matriz, reunidos en la Plaza Mayor del pueblo antiguo de Raquia para posteriormente comenzar con las faenas de la limpia de acequia “Sequia Pitsé” en: Quemishpampa, Desagüe, Quiapampa y  Paraíso.  La cárcel del pueblo es el punto de alegría y diversión para la realización de los juegos “Presunaqui y Llusinaqui”, donde los lugareños refieren que en este lugar en una confusión, fue apresado el Sabio Antonio Raimondi al ser confundido como una persona vagabunda y loca, que caminaba de un lugar a otro observando plantas e insectos, afortunadamente fue liberado; este lugar quedó muy afectado y dañado con el terremoto del año 1970, posteriormente por acuerdo unánime de la Comunidad, el lugar fue reconstruido como una réplica, pero con un solo piso, quedando como una reliquia histórica que alojó al sabio y estudioso Raimondi en su paso por esta zona.
Esta actividad se encuentra establecida en su Calendario Comunal: del 03 al 06 de febrero de cada año, congregando a todos los comuneros y usuarios para poner en óptimas condiciones los canales de riego principales de Quemishpampa, Desagüe, Quiapampa y Paraíso para el cultivo de sus sementeras, para ello, la faena comunal tiene una organización en pleno, compuesta por las autoridades del lugar, por los usuarios y regantes en general, siendo el protagonista principal la Comunidad campesina, haciendo cumplir en plenitud los acuerdos de asamblea.
Existe una gran concurrencia, por estar involucrados sus intereses familiares, ya que de ello depende su sobrevivencia con la productividad de sus terrenos, gracias al “agua bendita” que recorre sus campos. En caso de ausencia de algún usuario, éste envía a un peón que lo represente en la faena, y si esto no es posible, se está obligado a pagar una elevada multa.
Desde luego, la planificación de la ejecución de los trabajos y rituales a seguir se encuentran a cargo de las autoridades de riego, debiéndose respetar las jerarquías:

-       El Juez de Paz, quien lidera los actos de la faena y los ritos.
-       El Presidente de la Junta de Regantes con su Comité, es quien organiza y controla los padrones de usuarios de cada sector.
-       El Presidente de la Comunidad Campesina, es quien acompaña al Juez de Paz.
-       El distribuidor de aguas, es quien vigila el trabajo de los comuneros y usuarios.
-       El topero, quien distribuye los topos a cada trabajador a lo largo de los canales.
-       El pullucsha, tesorero del Comité de regantes es quien además se encarga de recoger el licor durante los cuatro días de duración de la actividad.
-       El Jichapador, es quien distribuye el licor a cada lampero.
-       El Revisador, es quien supervisa la limpieza del canal de cada topo.

Todos ellos, participan en estos actos pero, no trabajan, puesto que, su función es controlar que la faena se realice con eficiencia y velar por la atención a los faeneros, previstos de licor, chicha, coca y música del lugar; caminando delante de ellos, brindando también una buena atención a los invitados como el Alcalde, (quien contribuye formando parte de la comisión y con el desarrollo de esta tradicional costumbre de manera significativa como parte de la organización de inicio a fin), visitantes y faeneros, estos últimos se encargan de limpiar los topos asignados de piedras, malezas y champas que han crecido durante el año, y de trecho en trecho el topero ordena los descansos, los cuales ameritan un brindis al compás de los músicos que interpretan el mejor repertorio de la zona.

LIMPIA DE ACEQUIA - SEQUIA PITSÉ 

El 03 de febrero.

Todos los comuneros beneficiarios, regantes y propietarios de la toma principal de Raquia, son congregados por su fe, y acuden al replicar la campana a las 03:00 de la madrugada a la Iglesia Matriz del pueblo antiguo de Raquia para participar de la Misa y del rezo tradicional denominado “Muchemuche”, a cargo del Catequista  o Cantor de la jurisdicción donde los feligreses al ingresar observan con atención al  Catequista, quien coloca en el cuello del Juez de Paz un manto blanco y le hace entrega de una “Cruz de plata” en la que yace Jesús crucificado, lo acompañan en este acto el Presidente de la Junta de Regantes, el Presidente de la Comunidad Campesina de Raquia y el Alcalde y/o Regidor(a), quienes a su vez portan velas encendidas para alumbrar el camino. Luego, a la indicación del Catequista, ellos salen del recinto; y los feligreses, siguen su paso en forma ordenada entre cantos y rezos. Al llegar a la puerta del templo, un camino de alisos cubre el perímetro de la Plaza del pueblo de Raquia para que pase la comitiva, llevando y acompañando con fervor la “Cruz de plata”,  dando pase a que las demás autoridades y feligreses se desplacen junto al Catequista y a un cantor hacia la cárcel cantando y rezando en runa-simi y en castellano hasta llegar nuevamente a la puerta de la Iglesia Matriz del pueblo de Raquia, allí  antes de ingresar al templo, la concurrencia besa uno a uno  “El crucifijo”, cubierta por el manto blanco y depositan en una canastilla una ofrenda económica (limosna).
Acto seguido, las puertas del templo son cerradas para dar inicio al rezo  en la cual el Catequista, brinda en el nombre de Dios la bendición por el inicio de esta importante actividad comunal y para que ella se desarrolle con bien, destacándose de manera significativa la entonación de un canto ancestral de la comunidad en runa-simi denominado “Muchemuche”.
El rezo, culmina al avizorar los primeros rayos del sol, a las 05:00 a.m. Las personas que llegaron tarde, son encarceladas y para recobrar su libertad se les cobra a sus familiares una multa que consiste en una botella de licor, y si se trata de una autoridad esta multa se duplica; al lograr la liberación de los prisioneros(as), todos bailan al compás del pincullo, el bombo y la quena; brindando con licor en señal de algarabía.
Seguidamente, todos se dirigen a sus casas a tomar un buen desayuno para retornar a las 09:00 a.m., y reunirse en la toma principal de “Quemishpampa” y comenzar con la faena, en este primer día la participación es masiva, todos sus lamperos participan (120). El Juez de Paz es quien inicia la caminata hacia la Toma principal, seguido por la cuadrilla de lamperos y demás participantes. Él manteniendo los brazos en alto, en señal de mando, lleva consigo un bastón la cual tiene forma de cruz, hecha artesanalmente de madera rústica con incrustaciones de plata en las puntas, y adornada con flores de la zona. Una vez que todos llegan al lugar, se ordenan y participan de brindar una ofrenda a la Mama Pacha (Madre Tierra) y a la Mama Yacu (Madre Agua) con hojas de coca, invocando a los Apus (cerros majestuosos), a sus ancestros y a su Santo patrón “Santo Ángel”  y a la Virgen María de Belén para que los proteja en las faenas, y sean provistos de abundancia y fertilidad  para sus tierras, obteniendo una buena cosecha durante el año. El Presidente de la Junta de Regantes-Comité de riego hace una reunión de coordinación para designar al Topero, al Jichapador (quien distribuye el licor a cada lampero) y al Revisador (quien supervisa la limpieza del canal de cada topo), si este no cumple no recibe licor ni participa del brindis.
Es así que se da inicio a las faenas, acompañados de la música tradicional, y en cada descanso brindan con licor y danzan en los lugares asignados para ello.
Al término de la faena la cuadrilla de lamperos y sus autoridades retornan, haciendo su ingreso llenos de alegría por una antigua calle estrecha que los conduce hacia la Plaza Mayor para degustar el suntuoso almuerzo que les espera.
En el último descanso, el Topero  designa a los últimos 5 lamperos  para que vayan preparando la Mesa Mayor designadas para las autoridades encabezados por el Alcalde, la Gobernación, el Presidente de la Comunidad e invitados especiales; y la Mesa Menor, designada para el Presidente de la Junta de Regantes-Comité de riego, el Juez de Paz y los músicos, colocando asientos de piedras para todos, con una Cruz de cada lado, adornados con flores y arbustos en sus lugares y alrededor de la Plaza para el gran “Banquete popular: almuerzo”. Una vez acabada la instalación de la mesa, al término de cada faena comunal todos los lamperos se acomodan para almorzar, juntamente con las autoridades. A cada lampero le toca un cuy entero. El presidente del Comité de Regantes empieza a llamar a todos los regantes beneficiarios para la revisión de las viandas las cuales deben estar completas, el Juez de Paz bendice la mesa y el Alcalde hace uso de la palabra, donde agradece a los hombres y mujeres que participan de esta trascendental tradición, saludando a las demás autoridades y visitantes e invitando para los siguientes días hasta la culminación de las faenas. Nadie puede pasar o cruzar por la mesa, en señal de respeto, caso contario se aplica una multa, consistente en licor. El compartir es en pleno, acogiendo a los visitantes con un convite general.
El 4 de febrero.
Se continúa con la costumbre, y todos los propietarios de las chacras participan de la limpia de acequia del lugar denominado Desagua, donde se encuentra la cabecera de Cruzpata y Horno las cuales desaguan en Quiapampa. Son entre 30 y 40 personas, terminada la faena se procede a almorzar y a participar de los juegos y del baile.
El  5 de febrero.
A partir de las 08: 00 a.m., se concentran como todos los días en la Plaza Mayor del pueblo de Raquia antiguo, para luego llegar a Quiapampa, para continuar con la faena, participan 30 a 40 usuarios aproximadamente de este canal.

Día 6 de febrero.

En este último día la limpia de acequia corresponde al Canal de Paraíso, donde participan de la faena 40 usuarios aproximadamente de este sector, repartiéndose el trabajo de manera equitativa. Seguidamente, recogen la Pullucsha (licor) de casa en casa.  Todos los lamperos o regantes asisten a partir de las 10:00 a.m. para empezar a limpiar la acequia; y a la mitad de la limpieza todos brindan (Jichanaqui) acompañados por los músicos que tocan la caja o el pincullo. Terminando la limpia se almuerza en confraternidad.
La parte festiva de esta tradicional costumbre aún se conserva casi intacta desde tiempos ancestrales; en tal sentido, podemos apreciar que esta importante actividad cuenta con tres elementos complementarios a las faenas de la Limpia de acequia – Sequia Pitsé, que hacen que sea significativa y singular en la zona.

1.    El acompañamiento musical.- alegra el trabajo de los faeneros y de quienes acompañan esta costumbre, el cual está a cargo de uno o dos músicos tañendo la caja o tambor con una mano y con la otra entona melodías con la flauta hecha de caña o madera con tres orificios. En la actualidad, sabemos que la caja y la quena es proporcionada por un antiguo poblador don Aquilo Fabián Brito “Pedrito”, quien por su avanzada edad ya no cumple con esta función de tocar los instrumentos musicales, pero es el Juez de Paz, quien tiene la responsabilidad de garantizar el acompañamiento musical para todos los  actos del Sequia Pitsé.

2.    El banquete popular (El almuerzo).- representa la compensación al trabajo comunal del “Sequia Pitsé”, donde las mujeres se lucen con la preparación de los más sabrosos potajes llamadas comúnmente entre ellos “viandas” para ser servidos a la hora del almuerzo. Ellas preparan en sus casas los mejores platos típicos del lugar con lo mejor de la cosecha, en gratitud a la Pacha mama. Cada familia, esposas, hijas, nueras llegan al lugar indicado “La Plaza” luciendo coloridos trajes típicos con una suculenta comida y la sirven, a campo abierto sobre manteles bordados especialmente para la ocasión, los manteles son extendidos en el suelo y sobre ellos, se colocan el Jaca picante (picante de cuy), el Wallpa caldo (caldo de gallina), el Estofado de gallina, el Picante de conejo, la Papa a la huancaína y todo tipo de asados, frituras ( huevos, queso dorado en ají especial), papa sancochada, maíz tostado “cancha”, tamales, roscas  y las riquísimas tortas hechas con harina de trigo o de maíz, que son preparadas de manera anticipada (la tarde del 2 de febrero) con gran creatividad en forma de flores (rosas, margaritas…), animales (palomas, vacas, llamas…) y personas (muñecos y muñecas), donde el amasijo es puesto en hornos tradicionales caseros con leña (molle, huarango, eucalipto, pacae), son de resaltar los riquísimos y tradicionales tortas y roscas de Don “Punicho” y de Doña “Rosita Huayta”. El brindis lo realizan las autoridades con todos los comuneros asistentes y visitantes con chicha, vino, alcohol rebajado, anisado, cerveza, en fin con una gran variedad de bebidas.
Antiguamente el almuerzo era servido en las chacras (parte alta), pero al estar ocupadas con sembríos ya no es posible, es por ello que el “Banquete popular” es servido en la actualidad en la Plaza Mayor del pueblo de Raquia antiguo, sin importar en algunas ocasiones la caída refrescante de la lluvia.

3.    El juego de los prisioneros: “Presunaqui y Llushinaqui”.- terminado el “Banquete popular” (el almuerzo), comienzan los juegos, que consisten en apresar en la cárcel del pueblo a los varones desprevenidos, de esta acción se encargan las entusiastas mujeres de Raquia, preferentemente solteras, produciéndose divertidos forcejeos, con intentos de escape y persecuciones entre hombres y mujeres, imponiéndose la fuerza y la astucia femenina, que alcanzan a exclamar en coro ¡A la cárcel!
 Al caer la tarde hay muchos detenidos en la cárcel del pueblo, autoridades, hombres pudientes, propietarios de chacras y terrenos agrícolas del lugar. Los detenidos recobran su libertad cuando la familia ha pagado “una caución”, la cual consiste en botellas de licor que imponen las mujeres, para asegurar la animación de la fiesta hasta avanzadas horas de la noche, bailando con algarabía luego de cada liberación. Es pintoresco observar en los alrededores de la Plaza que también participan todos los adultos, jóvenes y niños(as) bailando y pintándose con talco. Algunos pobladores, recuerdan que hace muchos años atrás, los hombres preparaban sus tranqueras para evitar ser capturados, y aquellos que no lograban salvarse de la captura, eran llevados por las mujeres, siendo azotados con pencas a manera de juego hasta lograr su encarcelamiento. Incluso, las personas que no llegaban a tiempo al rezo del Muchemuche, eran buscadas en sus casas y llevadas a prisión con látigo.
Estos juegos, son un inicio a la fiesta de los carnavales del pueblo. Asimismo, se refiere que parte de la recaudación de los licores como el anisado, vino y alcohol rebajado son puestos en reserva para la Semana Santa.

COMENTARIOS FINALES 

Luego de haber vivenciado esta importante actividad en nuestro departamento de Áncash, me cabe remarcar y concluir que, en la plenitud del siglo XXI, tenemos en el distrito de Antonio Raymondi-Raquia la “Limpia de acequia – Sequia Pitsé”, una costumbre llena de tradición con un gran valor histórico por sus antecedentes prehispánicos; por cuanto su comunidad y portadores la mantienen vigente al transmitirla de generación en generación, a pesar de los procesos de modernización como producto de la globalización.
El impacto sociocultural que esta costumbre “única en el Valle Fortaleza” ejerce sobre su comunidad, es verdaderamente significativa ya que su organización promueve la integración, el trabajo solidario, la manifestación de su fe cristiana, su alegría a través de sus juegos, música, cantos y bailes así como también, la valoración de la importancia del agua como elemento primordial para garantizar una buena cosecha con las bondades de su producción agrícola para su comercialización y propio consumo. Finalmente, fortalece su identidad cultural y autoestima.
Asimismo, la misma comunidad participa durante el año de manera entusiasta en los preparativos de las fiestas y acontecimientos importantes de su localidad como el Aniversario del distrito en el mes de abril, el Festival del melocotón en junio y en la Fiesta de su Santo Patrón del pueblo “Santo Ángel” en el mes de diciembre, a quien invocan con gran fervor en el rezo “Muchemuche” antes de dar inicio a la faena de la Limpia de acequia - Sequia Pitsé.
Sea pues este testimonio, una contribución aunada a anteriores investigaciones y publicaciones, un motivo suficiente para asumir el compromiso con nuestra AEPA, la Municipalidad distrital de Antonio Raymondi, la comunidad de Raquia y la Dirección desconcentrada del Ministerio de Cultura de Áncash para realizar las acciones pertinentes; y así lograr  que la Limpia de acequia-Sequia Pitsé en Raquia, sea declarada Patrimonio Cultural de la Nación.

AGRADECIMIENTOS:

·         A la Municipalidad distrital de Antonio Raymondi, a su Sr. alcalde Jorge Vicente Nina Solano, regidores y demás colaboradores.
·         Al Juez de Paz del distrito de Antonio Raymondi, Sr. Delfín Huaratazo Osorio.
·         Al Presidente  de la Comunidad Campesina del distrito de Antonio Raymondi, Sr. Guimo Wilmer Carrión Quispe y  comuneros(as).
·         Al presidente Comité de la Junta de Regantes de la comunidad de Raquia, Sr. Edilberto Chávez Solíz.
·         A la Sra. Rosa Huayta.
·         Al Sr. Ambrocio García Rosas.
·         Al Sr. Aquilo Fabián Brito.
·         Al Sr. Eustaquio Azurín Balabarca.
Y a mis preciados amigos Eusebio Alejos Chirinos y Hugo Rolando Sotelo Jave por su amplia colaboración para la elaboración del presente Testimonio.

Así mismo, agradezco la presencia de nuestro miembro de la AEPA, Roberto Aldave Palacios por su identificación con la importante misión de difundir a través de sus registros fílmicos y fotográficos esta bella tradición ancestral de nuestro querido pueblo de Raquia.


Fuentes Bibliográficas:
ROMÁN ROBLES MENDOZA (2005), Larga lucha de las tradiciones culturales y la globalización. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Pág. 64-67.
AMADOR RESPICIO FLORIÁN, La limpia de acequias en Raquia. Revista Municipal Distrital de Antonio Raymondi. Bolognesi-Ancash. Año 1, Nº1, Setiembre 2008. Editorial Pasacalle EIRL. Pág. 26-29.
























 Fuente:

María del Pilar Cárdenas Márquez, presidenta de AEPA



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